Las bajantes de agua son una pieza fundamental de cualquier edificio, pero generalmente no les prestamos atención hasta que aparece algún tipo de fallo. Y es que, un sistema bien mantenido de bajantes es esencial para proteger la estructura de un edificio y mantener a salvo a sus habitantes.
Pero, ¿por qué son tan importantes? Y, ¿qué puedes hacer para evitar problemas con ellas? Te lo contamos en este artículo.
¿Por qué son importantes las bajantes de agua?
Las bajantes de agua resultan cruciales en el manejo eficaz del agua de lluvia. Su tarea consiste en llevar el agua del techo hacia el sistema de drenaje del suelo, evitando cualquier acumulación que pidiera causar filtraciones e a afectar la estructura del edificio. De este modo, al desviar por conductos el agua, se protegen las paredes y cimientos del edificio, evitando erosión y desgaste.
Por otro lado, las bajantes de aguas residuales en edificios impiden que la humedad del suelo entre en sótanos u otras zonas bajas de un edificio. Con lo que se limita el riesgo de daño por humedad y moho, al tiempo que tanto el bienestar del ocupante como la integridad estructural del edificio se conservan.
Las bajantes de agua son más importantes aún en edificios altos, pues tienen que manejar volúmenes considerables de agua durante fenómenos de lluvia intensa. Y es que, para que cada piso del edificio pueda estar bien protegido de los elementos climáticos, se necesita un sistema eficaz.
Tipos de bajantes de agua
Hay dos tipos básicos de bajantes: los comunitarios y los particulares. Veamos sus diferencias.
Bajantes comunitarios
Un sistema de bajantes comunitario es indispensable para varios usuarios en un edificio, casa, club o restaurantes. Estos sistemas están diseñados para gestionar grandes volúmenes de agua y precisan del mantenimiento de cada vecino.
La eficiencia de un sistema del bajante es esencial para garantizar que todo el edificio está protegido contra el riesgo de acumulación de agua y posible daño estructural.
Bajantes particulares
Los sistemas de bajantes particulares atienden a una sola persona o unidad dentro de un edificio, por ejemplo, una casa independiente o apartamento con sistema de drenaje propio.
Este bajante permite una mayor flexibilidad en el diseño y material utilizado, con adaptación a las necesidades específicas de una vivienda en particular. En un bajante particular, el mantenimiento es exclusiva responsabilidad del propietario, quien debe seguir verificando que el sistema no se obstaculice y que al agua corra bien.
Ambos tipos de bajantes desempeñan un papel vital en la gestión del agua de un edificio. Por tanto, su elección y mantenimiento son pasos esenciales para evitar problemas con las crecidas de agua y posibles daños materiales.
¿Qué tipo de materiales se pueden usar para tuberías de bajantes?
Las bajantes de agua se pueden fabricar con varios materiales, cada uno con sus propias ventajas e inconvenientes:
El PVC es uno de los materiales más comunes debido a su ligereza, resistencia a la corrosión y facilidad de instalación. Además, su coste económico combina bien con una buena durabilidad.
Los metales, como el acero galvanizado o el aluminio, también son populares. Estos materiales son extremadamente fuertes y pueden soportar climas rudos, pero son más caros y requieren un mantenimiento más regular para evitar la corrosión.
En raras ocasiones, algunos edificios utilizan bajantes de cobre, que ofrecen una durabilidad excelente y una estética atractiva. Sin embargo, el cobre es significativamente más caro, lo que lo hace menos común.
Antiguamente se utilizaban también bajantes de amianto o uralita. Si tu edificio utiliza bajantes de este tipo, lo más recomendable es que contrates un servicio de retirada y las sustituyas por otras nuevas, más seguras y menos contaminantes.
La selección del material dependerá del presupuesto, el estilo arquitectónico del edificio y las condiciones del clima en el lugar.
Mantenimiento regular: clave para la vida útil de las bajantes
El mantenimiento regular es de gran importancia para asegurar el máximo rendimiento de las bajantes de agua. Esto se logra mediante inspecciones periódicas para detectar obstrucciones, corrosión o daños físicos.
Y es que hojas, ramas y otros desechos son fáciles de acumular dentro de las tuberías, lo que bloquea el flujo de agua y puede acabar creando problemas muy serios, como humedades o incluso la pérdida de una pared o muro.
En este sentido, se recomienda limpiar las bajantes al menos dos veces al año, especialmente en el otoño y la primavera. Además, verificar las conexiones y las juntas para asegurarse de que no haya fugas es crucial para evitar problemas de humedad más adelante.
El poco dinero que inviertas ahora en un mantenimiento regular puede evitar reparaciones caras en el futuro y prolongar la vida útil del sistema. Con el sistema de bajantes en buen estado, no solo se protege el edificio, sino que también se aumenta su valor general y su atractivo.
Conoce las señales de problemas en las bajantes
Saber cómo detectar estas potenciales señales de problemas con tiempo puede ahorrar mucho dinero después. Una señal clara es cuando las aguas se desbordan en tiempos de lluvia, indicando así que hay algo obstaculizando la bajante; o bien que el diámetro de la misma no puede manejar el caudal.
Las manchas de humedad en las paredes de abajo o externas del edificio son a menudo el primer indicio de problemas con bajantes. No se deben tomar a la ligera estas marcas, ya que fácilmente pueden llevar a problemas más graves como moho o paredes con cáscara.
Podría ser otra mala señal si aparecen grietas o deformaciones en las bajantes. Este tipo de problemas estructurales puede dañar el sistema de drenaje, por lo que debe ser resuelto inmediatamente con intervención profesional.
Soluciones más comunes para problemas de bajantes
Cuando haya problemas con las bajantes de agua, existen varias soluciones eficaces. En los casos más suaves, una limpieza a fondo con herramientas especializadas debería poder eliminar la obstrucción. Pero, en casos más drásticos, vas a tener que reemplazar partes de las unidades para que pueda correr el agua suficiente de nuevo.
En caso de filtraciones, utiliza productos diseñados a este efecto para un resultado temporal, pero es mejor sustituir las juntas dañadas si quiere hacer una reparación que dure mucho tiempo. Las grietas y deformaciones pueden requerir la ayuda de un profesional para evaluar y reparar los daños de forma adecuada.
Por último, una opción es colocar protectores o mallas por encima de las bajantes para evitar que los desechos caigan dentro o para reducir el mantenimiento frecuente.
Beneficios de un buen mantenimiento en las bajantes
Un correcto mantenimiento de las bajantes de agua provee muchísimos beneficios para cualquier edificio:
Ayuda a prever daños estructurales: lo que conlleva en el ahorro de cantidades grandes de dinero en la corrección de reparaciones costosas y prolonga la vida del edificio.
Dará un aspecto más agradable al edificio: evitando manchas de humedad y moho en las fachadas. Esto es de gran importancia, en particular, para edificios comerciales o residenciales que pretenden mantener un aspecto atractivo para arrendatarios o clientes.
Contribuye a la sostenibilidad: porque minimiza el riesgo de contaminación del agua. Ya que si el bajante funciona bien, protege el entorno como las infraestructuras públicas de drenaje.
El sistema de bajantes cumple una función importante en la preservación de la estructura y aspecto de un edificio. No solo contribuye a la prevención de costosos daños y prolongación del ciclo de vida de un edificio, sino que también significa sostenibilidad medioambiental debido a la forma eficiente que manejan el agua.
Elegir el sistema de bajantes de agua apropiado, que tenga en cuenta las condiciones climáticas, el presupuesto y una instalación profesional, es esencial para proteger tanto la propiedad como el medioambiente. Invertir tiempo y dinero en un sistema de bajantes de calidad es una apuesta prudente que te dará tranquilidad y valor a largo plazo.
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